EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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19. Se acusa al espiritismo de estar emparentado con la magia y la hechicería, pero se olvida que la astrología judiciaria, no tan lejana de nuestra época, es antepasada directa de la Astronomía, que la Química es hija de la alquimia, de la que ningún hombre sensato se ocuparía hoy. Nadie niega, sin embargo, que en la astrología y en la alquimia encontramos los gérmenes de las verdades que conformarían las ciencias actuales. A pesar de sus fórmulas ridículas, la alquimia fue la iniciadora de los estudios de los cuerpos simples y de la ley de afinidades. La astrología basaba sus estudios en la posición y movimientos de los astros, a los cuales observaba minuciosamente. Pero como ignoraba las leyes que gobiernan el mecanismo del Universo, consideraba a los astros seres misteriosos y les otorgaba, supersticiones, influencia moral y sentido revelador. Cuando Galileo, Newton y Kepler dieron a conocer sus leyes y el telescopio rasgó el velo al sumergir su mirada en las profundidades del espacio, hecho que fue considerado indiscreto por ciertos sectores, los planetas aparecieron como mundos simples similares al nuestro, con lo cual todo el andamiaje de maravillas se derrumbó. Ocurre lo mismo al relacionar al Espiritismo con la magia y la hechicería. Éstas también se basaban en las manifestación de los espíritus, como la astrología en el movimiento de los astros. Pero, al ignorar las leyes que gobiernan al mundo espiritual, confundían las manifestaciones con sus prácticas y creencias absolutas. El Espiritismo moderno, fruto de la experiencia y la observación, ha hecho justicia. Sin duda, existe una distancia mucho mayor entre el Espiritismo y la magia que entre la Astronomía y la astrología o entre la Química y la alquimia. Pretender confundirlos es admitir que se ignora hasta lo más elemental.