EL CIELO Y EL INFIERNO o La Justicia Divina según el Espiritismo

Allan Kardec

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Lemaire

Condenado a la pena de muerte por el Tribunal de Aisne, y ejecutado el 31 de diciembre de 1857. Evocado el 29 de enero de1858


1. Evocación. R. Aquí estoy.


2. ¿Qué sentimiento experimentáis a nuestra vista? R. La vergüenza.


3. ¿Habéis conservado vuestro conocimiento hasta el último momento? R. Sí.


4. ¿Inmediatamente después de vuestra ejecución, tuvisteis conocimiento de vuestra nueva existencia? R. Estaba hundido en una turbación inmensa de la cual no he salido todavía. Sentí un dolor intenso y me pareció que mi corazón lo sufría. Vi rodar no se qué al pie del cadalso, vi correr sangre y mi dolor por esto fue más agudo. P. ¿Era un dolor puramente físico, análogo al que causaría una herida grave, por la amputación de un miembro, por ejemplo? R. No, figuraos un remordimiento, un gran dolor moral. P. ¿Cuándo habéis empezado a sentir ese dolor? R. Desde que fui libre.


5. ¿El dolor físico causado por el suplicio era sentido por el cuerpo o por el espíritu? R. El dolor moral estaba en mi espíritu. El cuerpo sintió el dolor físico, pero el espíritu, separado, se resiente de él todavía.


6. ¿Habéis visto vuestro cuerpo mutilado? R. Vi no se qué de informe que me parecía no haber dejado. Sin embargo, me sentía por completo, era yo mismo. P. ¿Qué impresión os ha causado esta vista? R. Sentía demasiado mi dolor, estaba abismado en él.


7. ¿Es verdad que el cuerpo vive todavía algunos instantes después de la decapitación, y que el ajusticiado tiene conciencia de sus ideas? R. El espíritu se retira poco a poco. Cuanto más le atan los lazos de la materia, menos pronta es la separación.


8. Se comenta que se ha observado en la cara de ciertos ajusticiados la expresión de cólera y ciertos movimientos como si quisieran hablar. ¿Esto es efecto de una contracción nerviosa o de un acto de la voluntad? R. De la voluntad, porque el espíritu no se había todavía separado.


9. ¿Cuál es el primer sentimiento que habéis experimentado al entrar en vuestra nueva existencia? R. Un intolerable sufrimiento, una especie de remordimiento punzante cuya causa ignoraba.


10. ¿Os habéis encontrado reunido con vuestros cómplices, ejecutados al mismo tiempo que vos? R. Para nuestra desgracia, nuestra vista es un suplicio continuo. Cada uno de nosotros echa la culpa al otro de su crimen.


11. ¿,Encontráis a vuestras víctimas? R. Las veo..., son felices..., su mirada me persigue... La siento que se hunde hasta el fondo de mi ser: en vano quiero evitarla. P. ¿Qué sentimiento experimentáis a su vista? R. La vergüenza y el remordimiento. A pesar de haberles arrebatado de vuestro mundo con mis propias manos, continúo aborreciéndoles. P. ¿Qué sentimiento experimentan a vuestra vista? R. La piedad.


12. ¿Tienen odio y deseo de venganza? R. No, sus votos llaman sobre mí la expiación. No podéis conocer qué horrible suplicio es deberlo todo a quien se aborrece.


13. ¿Echáis de menos la vida terrestre? R. No echo de menos sino mis crímenes. Si el acontecimiento estuviese aún en mis manos, no sucumbiría.


14. ¿La inclinación al mal estaba en vuestra naturaleza, o bien habéis sido arrastrado por el centro donde habéis vivido? R. La inclinación al crimen estaba en mi naturaleza, porque no era más que un espíritu inferior. He querido elevarme pronto, pero pedí más de lo que mis fuerzas permitían. Me creí fuerte. elegí una prueba ruda, y cedí a las tentaciones del mal.


15. ¿Si hubierais recibido buenos principios de educación , habríais podido apartaros de la vía criminal? R. Sí, pero elegí la situación en que nací. P. ¿ Habríais podido haceros un hombre de bien? R. Un hombre débil incapaz tanto del bien como del mal. Podía corregir el mal de mi naturaleza durante mi existencia, pero no podía elevarme hasta hacer el bien.


16. ¿En vuestra vida creíais en Dios? R. No. P. Se comenta, sin embargo, que en el momento de morir os habéis arrepentido, ¿esto es verdad? R. He creído en un Dios vengador..., he tenido miedo de su justicia. P. ¿En este momento, vuestro arrepentimiento es más sincero? R. ¡Ay de mí! Veo lo que he hecho. P. ¿Qué pensáis de Dios ahora? R. Le siento y no le comprendo.


17. ¿Encontráis justo el castigo que os ha sido impuesto en la Tierra? R. Sí.


18. ¿Esperáis obtener el perdón de vuestros crímenes? R. No sé. P. ¿Cómo esperáis rescatarlos? R. Por nuevas pruebas, pero me parece que la eternidad está entre ellas y yo.


19. ¿Dónde estáis ahora? R. Estoy en mi sufrimiento. P. Os preguntamos en qué lugar estáis. R. Cerca del médium.


20. Puesto que estáis aquí, si pudiésemos veros, ¿bajo qué forma nos apareceríais? R. Bajo mi forma corporal, con la cabeza separada del tronco. P. ¿Podríais aparecérosnos? R. No, dejadme.


21 . ¿Querríais explicarnos cómo os evadisteis de la cárcel del Montdidier? R. No sé..., mi sufrimiento es tan grande, que no tengo sino el recuerdo del crimen... Dejadme.


22. ¿Podríamos dar algún alivio a vuestros sufrimientos? R. Haced votos para que llegue la expiación.