Boletín de la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas
Viernes 27 de enero de 1860 (Sesión general)
El acta de la sesión del 20 de enero es leída y aprobada.
Pedido de admisión presentado por carta. Su lectura, examen e informe han sido remitidos a la próxima sesión particular.
Comunicaciones diversas – 1ª) Carta del Sr. Hinderson Mackensie, de Londres, miembro de la Sociedad Real de Anticuarios, que da detalles del más alto interés sobre el empleo de globos de cristal o metálicos como medio de obtener comunicaciones espíritas. Es lo que él hace uso, con la asistencia de un médium vidente especial, según el consejo de uno de sus amigos que hace treinta y cinco años realiza las más completas y concluyentes experiencias al respecto. En esa especie de espejo, el médium ve las respuestas escritas a las preguntas propuestas, obteniendo así comunicaciones muy desarrolladas y tan rápidas que a menudo es difícil seguir al médium.
2ª) Lectura de un artículo de Le Siècle (El Siglo) del 22 de enero de 1860, en el cual se observa el siguiente pasaje: «Las mesas hablaban, giraban y danzaban mucho tiempo antes de la existencia de la secta americana que pretende haberles dado origen. Esa danza de las mesas ya era célebre en Roma en los primeros siglos de nuestra era, y he aquí cómo se expresaba Tertuliano, en el capítulo XXIII de la Apologética, al hablar de los médiums de su tiempo: "Si es dado a los magos hacer aparecer a fantasmas, evocar a las almas de los muertos, forzar la boca de los niños a que den oráculos; si esos charlatanes imitan un gran número de milagros que parecen debidos a los círculos y a las cadenas que las personas forman entre sí; si dirigen sueños, si hacen conjuraciones, si tienen a sus órdenes a Espíritus mentirosos y a demonios, por virtud de los cuales las sillas y las mesas que profetizan son un hecho común, etcétera".»
Al respecto se observa que los espíritas modernos nunca pretendieron haber descubierto ni inventado las manifestaciones; al contrario, han proclamado constantemente la antigüedad y la universalidad de los fenómenos espíritas, y esta propia antigüedad es un argumento a favor de la Doctrina, demostrando que Ella tiene su principio en la Naturaleza y que no resulta de una combinación sistemática. Los que pretenden oponerle esta circunstancia, prueban que hablan sin conocer una sola palabra de la misma, pues de otro modo sabrían que el Espiritismo moderno se apoya en el hecho indiscutible de que se encuentra en todos los tiempos y entre todos los pueblos.
Estudios – 1º) Preguntas sobre el fenómeno de los globos metálicos o de cristal, como medio de obtener comunicaciones. Es respondido que: «La teoría de este fenómeno no puede aún ser explicada; que para comprenderla faltan ciertos conocimientos previos que nacerán de sí mismos y que derivarán de observaciones ulteriores. Será dada en tiempo oportuno.»
2°) Nueva evocación de Urbain Grandier, que confirma y completa ciertos hechos históricos, y que además da explicaciones sobre el planeta Saturno, que vienen en apoyo a lo que ya se ha dicho acerca de este tema.
3°) Dos dictados espontáneos son obtenidos simultáneamente; el primero de Abelardo, por el Sr. Roze, y el segundo de Juan el Bautista, por el Sr. Colin.
Enseguida, habiéndose pedido a uno de los Espíritus sufridores –que había solicitado el socorro de las oraciones– para que aceptara comunicarse espontáneamente, uno de los médiums escribió lo siguiente: «Sed benditos por haber consentido orar por el ser inmundo e inútil que habéis llamado y que se ha mostrado aún tan vergonzosamente apegado a sus miserables riquezas. Recibid los sinceros agradecimientos del padre Crépin.»
Viernes 3 de febrero de 1860 (Sesión particular)
El acta de la sesión del 27 de enero es aprobada. Lectura de la lista nominal de los oyentes que han asistido a la última asamblea general. No hubo ningún inconveniente en su presencia.
El Dr. Gotti, director del Instituto Homeopático de Génova (Piamonte), es admitido como miembro corresponsal.
Lectura de dos nuevos pedidos de admisión. Aplazamiento para la próxima sesión particular.
Comunicaciones diversas – 1ª) El Sr. Allan Kardec comunica que una señora, suscriptora de la provincia, acaba de enviarle una suma de diez mil francos para ser utilizada al servicio del Espiritismo.
Esta señora, al haber recibido una herencia con la cual no contaba, quiere que de la misma participe la Doctrina Espírita, a la que debe supremos consuelos y el haber sido esclarecida sobre las verdaderas condiciones de felicidad en esta vida y en la otra. Dice ella en su carta: «Vos me habéis hecho comprender el Espiritismo al mostrarme su verdadero objetivo; sólo Él pudo vencer las dudas y la incertidumbre que eran para mí la fuente de indescriptibles ansiedades. Yo andaba en la vida al acaso, maldiciendo las piedras que encontraba a mi paso; ahora veo claramente a mi alrededor; el horizonte se amplió ante mí y marcho con certeza y confianza en el futuro, sin inquietarme con las espinas del camino. Deseo que este sencillo óbolo os ayude a derramar sobre los otros la luz benéfica que me ha hecho tan feliz. Empleadlo como prefiráis mejor: yo no quiero recibo ni control. La única cosa que deseo es permanecer en el más estricto anonimato.»
Respetaré –agrega el Sr. Allan Kardec– el velo de modestia con el cual esta persona quiere cubrirse y me esforzaré por corresponder a sus generosas intenciones. Pienso que la mejor manera de cumplir con este deber es destinando esa suma a lo que será necesario para la instalación de la Sociedad en condiciones más favorables para sus trabajos.
Un miembro expresa el pesar de que el anonimato guardado por esta señora no permita a la Sociedad testimoniarle directamente su gratitud.
El Sr. Allan Kardec responde que, al no tener la donación ningún otro destino especial sino el Espiritismo en general, él se encargará de esa tarea en nombre de todos los adeptos serios del Espiritismo. Él insiste en la calificación de adeptos serios, considerando que no puede dar este nombre a los que, viendo en el Espiritismo apenas una cuestión de fenómenos y de experimentaciones, no pueden comprender sus elevadas consecuencias morales y, lo que es peor, se aprovechan de Él o hacen conque los otros se aprovechen del mismo.
2ª) El Presidente guardó en la oficina de redacción una carta cerrada con lacre, enviada por el Dr. Vignal, miembro titular, y que solamente deberá ser abierta a finales del próximo mes de marzo.
3ª) El Sr. Netz remite un número de L’Illustration (La Ilustración), que contiene el relato de un hecho de aparición. Este hecho será objeto de un examen especial.
Estudios – 1°) Observación sobre los efectos de visiones en ciertos cuerpos, tales como vidrios, globos de cristal, bolas metálicas, etc., de que se trató en la última sesión. El Sr. Allan Kardec piensa que es preciso cuidadosamente dejar a un lado el nombre de espejos mágicos, dado vulgarmente a esos objetos; él propone llamarlos espejos psíquicos. En la opinión de varios miembros, la asamblea piensa que la designación de espejos psicográficos correspondería mejor a la naturaleza del fenómeno.
2°) Evocación del Dr. Vignal, que se ofreció para un estudio sobre el estado del Espíritu de las personas vivas. Él responde con una perfecta lucidez a las preguntas que le son dirigidas. Otros dos Espíritus, el de Castelnaudary y el Espíritu Dr. Cauvière, se comunican al mismo tiempo por otro médium, de donde resulta un intercambio de observaciones muy instructivas. Ambos doctores terminan cada uno con un dictado, que llevan el sello de la elevada capacidad que se les conoce. (Publicados más adelante.)
3°) Son obtenidos otros dos dictados espontáneos: el primero de san Francisco de Sales, por la Sra. de Mallet; el segundo, por el Sr. Colin, firmado por Moisés, Platón y después Juliano.
Viernes 10 de febrero de 1860 (Sesión general)
El acta del 3 de febrero es leída y aprobada.
Pedido de admisión presentado por carta. Aplazamiento para la próxima sesión particular.
Lectura de las comunicaciones obtenidas en la última sesión.
Comunicaciones diversas – El Sr. Soive transmite la siguiente nota, preguntando si se cree útil hacer de la misma el objeto de una evocación: «Un señor llamado T., de treinta y cinco años de edad, residente en el bulevar del Hospital, era perseguido por una idea fija: la de haber matado involuntariamente a uno de sus amigos en una altercación. A pesar de todo lo que se hizo para disuadirlo, mostrándole a este amigo vivo, el Sr. T. creía que se trataba de la sombra de su amigo. Atormentado por los remordimientos de un crimen imaginario, se asfixió.»
La evocación del Sr. T. será hecha si fuere conveniente.
Estudios – 1°) Cinco dictados espontáneos son obtenidos simultáneamente: el primero por el Sr. Roze, firmado por Lamennais; el segundo por la Srta. Eugénie, firmado por Staël; el tercero por el Sr. Colin, firmado por Fourier; el cuarto por la Srta. Huet, de un Espíritu que –dice él– se dará a conocer más tarde y que anuncia una serie de comunicaciones; el quinto por el Sr. Didier Hijo, firmado por Charlet.
2°) Después de la lectura del dictado de Fourier, el Presidente hace observar –para una mejor comprensión de las personas extrañas a la Sociedad, las cuales pueden no estar al corriente de la manera de proceder de la misma– que esta comunicación le parece, a primera vista, susceptible de algunos comentarios; que entre los Espíritus que se manifiestan, los hay de todos los grados; que sus comunicaciones son el reflejo de sus ideas personales, que pueden no ser siempre justas; la Sociedad, según el consejo que le ha sido dado, las recibe entonces como la expresión de una opinión individual y se reserva el derecho de juzgarlas, sometiéndolas al control de la lógica y de la razón. Es esencial que se sepa bien que Ella no adopta como verdad todo lo que venga de los Espíritus; por sus comunicaciones, el Espíritu da a conocer lo que él es en bien o en mal, en conocimiento o en ignorancia: esto es para Ella un objeto de estudio, aceptando lo que es bueno y desechando lo que es malo.
3°) Evocación de la Srta. Indermuhle, de Berna, sordomuda de nacimiento, viva, con 32 años de edad. Esta evocación ofrece un gran interés desde el punto de vista moral y científico, por la sagacidad y la precisión de las respuestas que denotan en esta persona un Espíritu ya adelantado.
4°) Evocación del Sr. T., del cual se habló anteriormente. Da señales de una gran agitación y quiebra varios lápices antes de poder trazar algunas líneas casi ilegibles. La turbación de sus ideas es evidente; al principio persiste en la creencia de que él mató a su amigo, y termina concordando de que no era sino una idea fija; pero agrega que si no lo mató, tenía la voluntad de hacerlo, y que no lo consiguió porque le faltaron fuerzas. – San Luis da algunas explicaciones sobre el estado de este Espíritu y las consecuencias de su suicidio.
Esta evocación será reanudada más tarde, cuando el Espíritu se encuentre más desprendido.
Viernes 17 de febrero de 1860 (Sesión particular)
El acta de la sesión del 10 de febrero es leída y aprobada.
Son admitidos como miembros titulares, conforme pedido escrito y después de informe verbal: la Sra. Regnez, de París; el Sr. Indermuhle de Wytenbach, de Berna, y la Sra. Lubrat, de París.
Lectura de dos nuevos pedidos de admisión. Aplazamiento para la próxima sesión particular.
El Sr. Allan Kardec transmite a la Sociedad las siguientes observaciones sobre la donación que ha sido hecha:
«Si la donadora –dice él– no exige que se le presten cuentas en lo concerniente al empleo de los fondos, no por esto debo permitir –para mi propia satisfacción– que este empleo no sea sometido a un control. Esta suma ha de formar el primer fondo de una Caja Especial, que nada tendrá que ver con mis negocios personales, y que será objeto de una contabilidad distinta con el nombre de Caja del Espiritismo.
«Esta caja será ulteriormente aumentada con los fondos que podrán llegar de otras fuentes y se destinará exclusivamente a las necesidades de la Doctrina y al desarrollo de los estudios espíritas.
«Uno de mis primeros cuidados será la creación de una biblioteca especializada, y el de proveer –como ya lo he dicho– lo que falta materialmente a la Sociedad para la regularidad de sus trabajos.
«He solicitado a varios de nuestros compañeros que consientan en aceptar el control de esta caja y en constatar, en épocas que serán posteriormente determinadas, el empleo útil de los fondos.
«Esta Comisión está compuesta por los Sres. Solichon, Thiry, Levent, Mialhe, Krafzoff y por la Sra. Parisse.»
Lectura de las comunicaciones obtenidas en la última sesión.
Luego la Sociedad se ocupa del examen de varias cuestiones administrativas.