El Espiritismo en Inglaterra
En un principio el Espiritismo encontró en Inglaterra una oposición que, con razón, fue sorprendente. Claro que ahí existen adeptos aislados, como en todas partes; pero sus progresos fueron allí infinitamente menos rápidos que en Francia. ¿Será que los ingleses –como pretenden algunos–, más fríos, más positivos y menos entusiastas que nosotros, se dejan llevar menos por la imaginación? ¿Será que son menos inclinados a lo maravilloso? Si fuera así, sería de admirar –con más fuerte razón– que el Espiritismo haya tenido su principal foco en los Estados Unidos, donde el positivismo de los intereses materiales reina como un soberano absoluto. ¿No habría sido más racional que Él hubiese surgido en Alemania? Y en este aspecto, ¿no parece que Rusia ha tomado la delantera como la tierra clásica de las leyendas? La oposición que el Espiritismo ha encontrado en Inglaterra no tiene nada que ver con el carácter nacional, sino con la influencia de las ideas religiosas de ciertas sectas preponderantes, apegadas rigurosamente más a la letra que al espíritu de sus dogmas; ellas se han inquietado con una Doctrina que, a primera vista, les ha parecido contraria a sus creencias. Pero esto no podría suceder por mucho tiempo en un pueblo que reflexiona, que es esclarecido, en donde el libre examen no sufre ningún obstáculo y en donde el derecho de reunirse para debatir es absoluto. Tenían que rendirse ante la evidencia de los hechos; ahora bien, fue precisamente porque los ingleses los evaluaron fríamente y sin entusiasmo, que los apreciaron y comprendieron en todo su alcance. Después de una observación seria, cuando surgió para ellos la verdad capital de que las ideas espíritas tienen su fuente en las ideas cristianas, que lejos de contradecirse, las mismas se corroboran, se confirman y se explican unas a las otras, sus escrúpulos religiosos fueron plenamente respondidos. Al estar dilucidada la conciencia, nada más se opuso al progreso de las nuevas ideas, las cuales se propagan en ese país con una rapidez admirable. Ahora bien, allí como en otros lugares, es aún en la parte esclarecida de la población que se encuentran sus más numerosos y más dedicados adeptos: argumento perentorio al cual nada se ha opuesto. Los médiums se multiplican; numerosos Centros son abiertos, a los cuales se asocian miembros del alto clero que proclaman abiertamente sus convicciones. ¿Dirán los adversarios que la fiebre de lo maravilloso ha triunfado sobre la impasibilidad inglesa? Sea como fuere, hay un hecho notorio: que sus filas se esclarecen todos los días, a pesar de sus sarcasmos.
El desarrollo de las ideas espíritas en Inglaterra no podría dejar de dar origen a publicaciones especializadas. Ahora ellas tienen allí un órgano mensual muy interesante, que desde el 1º de mayo último se publica en Londres con el título: The Spiritual Magazine, de donde hemos extraído el siguiente relato.