La honestidad relativa (Médium: Sra. de Costel)
Hoy nos ocuparemos de la moralidad de los que no la tienen, es decir, de la honestidad relativa que se encuentra en los corazones más pervertidos. El ladrón no roba el pañuelo de su compañero, inclusive cuando éste tenga dos; el comerciante no vende caro para sus amigos; el traidor, a pesar de todo, es fiel a alguien. Jamás un destello divino está completamente ausente del corazón humano; es por eso que debe ser conservado con cuidados infinitos y también desarrollado. El juicio estrecho y brutal de los hombres impide, por su severidad, mucho más cambios de buen proceder que el cultivo de las malas acciones. El Espiritismo practicado debe ser y será el consuelo y la esperanza de los corazones menospreciados por la justicia humana. La religión, llena de sublimes enseñanzas, vuela muy alto para los ignorantes; no llega directamente a alcanzar la espesa imaginación del iletrado, que quiere ver y tocar para creer. Al ser esclarecida por los médiums –quizá por el propio médium–, la creencia florecerá en aquel reseco corazón. Así, es sobre todo al pueblo que los verdaderos espíritas deben dirigirse, como antiguamente los apóstoles; que difundan la doctrina consoladora; como pioneros, que penetren en los pantanos de la ignorancia y del vicio para labrar, sanear y preparar el terreno de las almas, a fin de que ellas puedan recibir el bello cultivo del Cristo.
GEORGES