Dictado del Sr. Vignal
¿Cuál es la utilidad de la Astronomía, y qué nos importa el tiempo que lleva una bala de cañón en recorrer la distancia que existe entre la Tierra y el Sol? Así razonan personas muy honradas, que en las Ciencias no ven otro resultado sino la aplicación que puede ser dada a la industria o a su bienestar. Pero sin la Astronomía, ¿qué razón tendríais para que adoptemos el admirable sistema que ha sido desarrollado, en vez de otro traído por Espíritus ignorantes o envidiosos?
Si la Tierra fuese –como se ha creído por mucho tiempo– el punto central del Universo; si los numerosos soles que pueblan el espacio no fueran más que simples puntos brillantes fijados en una bóveda de cristal, ¿qué razón tendríais para admitir el pasado y el futuro del Espíritu? Al contrario, la Astronomía viene a demostrarnos que la vida planetaria, que circula alrededor de nuestro Sol, se refleja en todos los que componen la nebulosa, de la cual hace parte nuestro mundo; que todos esos planetas son organizados de una manera diferente los unos de los otros y que, por consecuencia, las condiciones de vida no son las mismas. Entonces, sois llevados a preguntaros si Dios crea instantánea y especialmente para cada cuerpo el Espíritu que debe animarlo, y por qué razón Él habría juzgado justamente crearlo aquí y no allí, en la Tierra y no en otro mundo, en una condición y no en otra.
Por lo tanto, una lógica inflexible os lleva a admitir, como expresión de la mayor verdad, la habitabilidad de los mundos, la preexistencia de las almas y la reencarnación.
Por consiguiente la Astronomía es útil, ya que os pone en condiciones de recibir el esbozo de las sublimes verdades que se desarrollarán para vosotros como consecuencia del progreso traído por el Espiritismo y por la propria Ciencia; porque, con la ayuda de la industria, la Astronomía es llamada a haceros descubrir muchas otras maravillas que no podéis sino vislumbrar: de ahora en adelante la Astronomía y la Teología son hermanas y van a caminar de la mano.
VIGNAL, por Arago