Revista Espírita - Periódico de Estudios Psicológicos - 1860

Allan Kardec

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Dictados espontáneos

El genio de las flores
(Sesión del 23 de diciembre de 1859 – Médium: Sra. de Boyer)

Soy Hettani, uno de los Espíritus que presiden la formación de las flores y la diversidad de sus perfumes; soy yo o, mejor dicho, somos nosotros, porque somos varios millares de Espíritus que embellecemos los campos, los jardines; que damos al horticultor el gusto por las flores. A éste no podríamos enseñarle la mutilación que algunas veces realiza; pero le enseñamos a variar sus perfumes, a embellecer sus formas, que ya son tan graciosas. Entretanto, es principalmente para las flores que se abren naturalmente que se vuelve toda nuestra atención; a ellas proporcionamos más cuidados todavía: son nuestras preferidas; como todo lo que está solo tiene mayor necesidad de ayuda, he aquí por qué cuidamos mejor de las mismas.

También estamos encargados de esparcir los perfumes; somos nosotros los que llevamos al exiliado el recuerdo de su país, haciendo entrar en su prisión el perfume de flores que exhalaba en el jardín paternal. Para aquel que ama –que realmente ama– llevamos el perfume de las flores dedicadas a su novia; al que llora, un recuerdo de los que han partido, haciendo brotar en su tumba las rosas y las violetas que evocan sus virtudes.

¿Quién de vosotros no nos debe esas dulces emociones? ¿Quién no se ha estremecido al contacto de un perfume amado? Pienso que estáis admirados por escucharnos decir que hay Espíritus para todo eso y, no obstante, es la pura verdad. Nunca hemos estado encarnados y quizá jamás lo estaremos entre vosotros; sin embargo, existen los que ya han sido hombres, pero pocos entre los Espíritus de los elementos. En vuestra Tierra, nuestra misión es pequeña; nosotros progresamos como vosotros, pero es sobre todo en esos planetas superiores que somos felices; en Júpiter, nuestras flores emiten sonidos melodiosos y formamos las moradas aéreas, de las cuales solamente los nidos de los colibríes os pueden dar una pálida idea. Os haré por primera vez la descripción de algunas de esas flores, que no son sólo magníficas, sino sublimes y dignas de los Espíritus elevados a los cuales sirven de moradas.

Adiós. Que un perfume de caridad os anime; las virtudes también tienen su perfume.

Preguntas sobre el genio de las flores
(Sociedad, 30 de diciembre de 1859 – Médium: Sr. Roze)

1. (A san Luis.) El otro día tuvimos una comunicación espontánea de un Espíritu que dijo que presidía las flores y sus perfumes; ¿hay realmente Espíritus que pueden ser considerados como genios de las flores? –Resp. Esta expresión es poética y muy aplicada al asunto; pero, propiamente hablando, la misma sería defectuosa. No debéis dudar que el Espíritu preside, en toda la Creación, el trabajo que Dios le confía; es así que es preciso entender esta comunicación.

2. Este Espíritu dice llamarse Hettani; ¿cómo se explica que él tenga un nombre si nunca ha encarnado? –Resp. Es una ficción. El Espíritu no preside de una manera particular la formación de las flores; el espíritu elemental, antes de pasar a la serie animal, dirige la acción fluídica para la creación de los vegetales; éste aún no ha encarnado y no actúa sino bajo la dirección de inteligencias más elevadas, que ya han vivido lo bastante como para adquirir la ciencia necesaria a su misión. Ha sido uno de éstos que se ha comunicado; os ha hecho una mezcla poética de la acción de dos clases de Espíritus que actúan en la creación vegetal.

3. Al no haber vivido todavía, incluso en la vida animal, ¿cómo se explica que este Espíritu sea tan poético? –Resp. Volved a leer.

Nota – Ved anteriormente la nota hecha a la cuestión Nº 24, página 90.

4. Así, el Espíritu que se ha comunicado ¿no es el que habita y anima la flor? –Resp. No, no; ya os lo he dicho muy claramente: él guía.

5. Ese Espíritu que nos habló, ¿estuvo encarnado? –Resp. Lo estuvo.

6. El espíritu que da vida a las plantas y a las flores, ¿tiene el pensamiento y la inteligencia de su yo? –Resp. Ningún pensamiento, ningún instinto.

Felicidad
(Sociedad, 10 de febrero de 1860 – Médium: Srta. Eugénie)

¿Cuál es el objetivo de cada individuo en la Tierra? Él quiere la felicidad a cualquier precio que sea. ¿Qué es lo que hace que todos sigamos un camino diferente? Es que cada uno de nosotros espera encontrarla en un lugar o en una cosa que le agrade particularmente: unos buscan la gloria, otros las riquezas, otros los honores; el mayor número corre atrás de la fortuna, porque en nuestros días es el medio más poderoso para llegar a todo; ella sirve de pedestal para todo. Pero ¿cuántos ven realizada esa necesidad de felicidad? Muy pocos; preguntad a cada uno de los que llegan si han alcanzado el objetivo al que se habían propuesto: ¿ellos son felices? Todos responden: todavía no; porque todos los deseos aumentan en razón de aquellos que son satisfechos. Si hoy existen tantas personas que se interesan por el Espiritismo, es porque después de haber visto que todo es una quimera, y a pesar de querer alcanzarla, intentan el Espiritismo, como han intentado la riqueza y la gloria.

Si Dios ha puesto en nuestros corazones esa necesidad tan grande de felicidad, es porque ella debe existir en alguna parte. Sí, tened confianza en Él, pero sabed que todo lo que Dios promete debe ser divino como Él, y que la felicidad que buscáis no puede ser material.

Venid a nosotros, todos vosotros que sufrís; venid a nosotros, todos los que tenéis necesidad de esperanza, porque cuando os falte todo en la Tierra, nosotros aquí tendremos más de lo que requieran vuestras necesidades. Madres desesperadas que os lamentáis junto a una tumba, venid aquí: el ángel que lloráis os hablará, os protegerá, os ha de inspirar la resignación para las penas que habéis soportado en la Tierra. Todos vosotros que tenéis la insaciable necesidad de la ciencia, dirigíos a nosotros, porque solamente nosotros podemos dar a vuestro Espíritu el alimento necesario. Venid, sabremos encontrar un alivio para cada herida y, por más abandonados que parezcáis, hay Espíritus que os aman y que están listos para probaros esto. Hablo en nombre de todos. Deseo que vengáis a pedirnos consejos, porque os seguro que tendréis esperanza en el corazón.

STAËL

Nota
– Un instante después, el Espíritu escribió de nuevo, espontáneamente:

Más de una vez la sonrisa viene a los labios de ciertos oyentes y, si la misma escapa al médium, no escapa a los Espíritus; pero no temáis: los que más ríen ahora, son los que más creerán después, y nosotros os perdonamos, porque un día podréis arrepentiros de vuestra ironía. Señoras: estoy segura de que si aproximara de cada una de vosotras un ser amado que hubiese partido y que os evocase un recuerdo, cambiaríais vuestra sonrisa de incredulidad por un suspiro, y estaríais felices o ansiosas. Quedaos tranquilas que vuestro día llegará y seréis tocadas en el corazón, porque es vuestra cuerda más sensible: yo la conozco.

STAËL