Boletín de la sociedad parisiense de estudios espíritas
Aviso
La oficina de redacción de la REVISTA ESPÍRITA
y el domicilio particular del Sr. ALLAN KARDEC
han sido transferidos a la calle Sainte-Anne Nº 59, Pasaje Sainte-Anne.
Viernes 29 de junio de 1860 (Sesión particular) Lectura del acta y de los trabajos de la sesión del 22 de junio.
Lectura de una carta del Dr. de Grand-Boulogne, ex vicecónsul de Francia, que solicita ser admitido como miembro corresponsal en La Habana, hacia donde irá próximamente.
La
Sociedad admite al Sr. de Grand-Boulogne en calidad de miembro corresponsal, y como su carta contiene una exposición sumaria muy juiciosa sobre el Espiritismo, la misma le pide permiso para incluirla en la
Revista.
Comunicaciones diversas – 1ª) Lectura de un dictado espontáneo obtenido por la Sra. de Costel sobre
Los orígenes, firmado por Lázaro.
2ª) Relato de hechos de manifestaciones físicas espontáneas que últimamente han tenido lugar en la calle Noyers, y de los cuales varios periódicos han dado noticia, recordando hechos análogos que ocurrieron en 1849 en la calle Grès. Algunos han agregado que los hechos de la calle Grès eran el resultado de una superchería imaginada por el inquilino para rescindir el contrato de alquiler.
Al respecto, el Sr. de Grand-Boulogne ha dicho que él puede certificar la autenticidad de esos hechos; además, los mismos han sido relatados por el Sr. de Mirville, el cual tomó todas las informaciones necesarias para garantizar su realidad.
Uno de los miembros observa que, en semejantes casos, al volverse incómoda la afluencia de curiosos para los interesados, se libran de ellos tratando la cuestión de forma malevolente. Sobre todo el propietario, con miedo de ver su casa desocupada, tuvo todo el interés en no creer en dichas manifestaciones; tal es la razón del desmentido que frecuentemente es dado a hechos de esta naturaleza.
Estudios – 1º) Análisis realizado sobre el mérito y la eficacia de las pruebas del hombre de bien, soportadas con la finalidad de proporcionar alivio a los Espíritus sufridores e infelices, a propósito de un pasaje de la carta del Sr. de Grand-Boulogne.
Al respecto, se hace notar que al ser constatada la eficacia de la oración como siendo un testimonio de simpatía y de conmiseración, las pruebas que uno se impone pueden ser consideradas como un testimonio análogo que debe producir los mismos efectos que la oración; en este caso, la intención es todo y puede ser encarada como una oración más fervorosa todavía que aquella que sólo consiste en palabras.
2º) La Sra. N... expresa sus dudas sobre la identidad del Espíritu que le ha dado algunos consejos en la última sesión y que ella no cree que sean aplicables. Solicita que sea preguntado, a través de otro médium, si el Espíritu que se hubo comunicado era realmente san Luis. Ella agrega que le pareció ver, en la naturaleza de esas reflexiones, un sentimiento poco benevolente que no condice con la habitual mansedumbre de ese Espíritu; fue eso lo que le suscitó dudas.
Al ser interrogado sobre el tema, san Luis respondió por intermedio de la Srta. H...: «Sí, he sido realmente yo quien ha escrito esas líneas para daros un consejo. Es un error llevar a mal mis consejos; es necesario que aquel que quiera avanzar en la senda del bien sepa aceptar los consejos y las advertencias que se desea darle, aunque hieran su amor propio. La muestra de su adelanto consiste en la manera suave y humilde con que los recibe. Antaño, cuando me encontraba en la Tierra, ¿no he dado pruebas de gran humildad al someterme sin murmurar a las decisiones de la Iglesia, e incluso a las penitencias que ésta me imponía, por más humillantes que fuesen? Por lo tanto, sed dóciles y humildes, y no orgullosos; aceptad los consejos; tratad de corregiros y avanzaréis.»
El Sr. T... observa que cuando san Luis estaba encarnado, no siempre se sometió a la Iglesia, ya que él luchó contra sus pretensiones.
San Luis responde: «Al deciros que me he sometido a las penitencias que los jefes de la Iglesia me imponían, os he dicho la verdad; pero no os he dicho que mi conducta haya sido siempre irreprochable; yo he sido un gran pecador delante de Dios, aunque más tarde los hombres me hayan concedido el glorioso título de santo.»
El Sr. Allan Kardec agrega que san Luis siempre se sometió a las decisiones de la Iglesia en lo concerniente a los dogmas; él sólo luchó contra las pretensiones de otra naturaleza.
3º) Preguntas relacionadas con el consejo de san Luis sobre las experiencias de manifestaciones físicas, sugiriendo a la
Sociedad para no ocuparse de las mismas.
4º) Preguntas acerca de la facultad mediúmnica en los niños, a propósito de las manifestaciones obtenidas en la última sesión por el joven N...
5º) Preguntas sobre el hecho de manifestaciones de la calle Noyers.
6º) Dos dictados espontáneos son obtenidos simultáneamente: el primero por la Sra. de Costel, acerca de
La electricidad del pensamiento, firmado por Delphine de Girardin; el segundo por la Sra. de Lubr..., a propósito de los consejos dados por los Espíritus, firmado por Paul, Espíritu familiar.
Viernes 6 de julio de 1860 (Sesión particular)
Lectura del acta y de los trabajos de la sesión del 29 de junio.
Comunicaciones diversas – 1ª) El Sr. Achille R... da lectura a una carta de Limoges, en la cual el autor habla de un médium amigo suyo, que un Espíritu hace trabajar de ocho a nueve horas por día; dice él que este Espíritu debe darle un medio infalible para garantizar la identidad de los Espíritus y de nunca ser engañado; pero le recomienda secreto acerca de este punto y sobre sus comunicaciones en general.
Al respecto, el Sr. Allan Kardec advierte que ve tres motivos de sospecha en este caso: el primero es la duración del trabajo impuesto al médium, lo que siempre es una señal de obsesión. Los Espíritus buenos pueden indudablemente solicitar al médium que escriba, pero en general no son imperativos y nada prescriben de absoluto, ni en cuanto a las horas ni en cuanto a la duración del trabajo; al contrario, ellos detienen al médium cuando hay exceso de celo. El segundo es el supuesto procedimiento infalible para garantizar la identidad de los Espíritus; y el tercero, finalmente, la recomendación de guardar secreto. Si la receta fuese buena, no debería hacer misterio. Parece que este Espíritu quiere apoderarse del médium para llevarlo adonde desea, a favor de la supuesta infalibilidad de su procedimiento; probablemente teme que otros vean las cosas de forma clara y desbaraten sus maquinaciones; es por eso que recomienda silencio, a fin de no tener contradictores: es el modo de tener siempre razón.
Estudios – 1º) Evocación de François Arago, por la Srta. H... San Luis responde que esta médium no es la que conviene a este Espíritu; aconseja elegir a otro intermediario.
Varias preguntas son hechas sobre la aptitud especial de los médiums para recibir las comunicaciones de tal o cual Espíritu. La respuesta es ésta: «Un Espíritu viene preferentemente a una persona cuyas ideas simpatizan con las que él tenía cuando estaba encarnado; hay entre el Cielo y la Tierra una relación de pensamientos aún mayor que la que existe en la Tierra.»
2º) Cuestión propuesta por el Sr. conde Z... sobre la distinción hecha por ciertos sonámbulos lúcidos que designan a los hombres con el calificativo de
luz azul, y a las mujeres con el de
luz blanca; él pregunta si el periespíritu tendría un color diferente según los sexos. El Espíritu interrogado responde lo siguiente: «Esto no tiene ninguna relación con nuestro mundo; es un hecho puramente físico y depende de la persona que ve. Entre los hombres existen los que no ven ciertos colores o los ven diferentemente de los otros cuando están despiertos; sucede lo mismo con las personas que están dormidas: pueden ver lo que otros no ven.»
3º) Son obtenidos cuatro dictados espontáneos: el primero por la Srta. Huet, por parte del Espíritu que comenzó a escribir sus
Memorias; el segundo por el Sr. Didier, sobre
La electricidad espiritual, firmado por Lamennais; el tercero por la Sra. de Costel, acerca de
Las grandes verdades del Espiritismo, firmado por Lázaro, y el cuarto por la Srta. Stéphan..., titulado:
Cada cual a lo suyo, firmado por Gustave Lenormand.
Viernes 13 de julio de 1860 (Sesión general) Lectura del acta y de los trabajos de la sesión del 6 de julio.
El Sr. Eugène de Porry, de Marsella, obsequia a la
Sociedad un nuevo poema suyo, intitulado:
Linda, leyenda gala. La
Sociedad recuerda el encantador poema del mismo autor:
Urania, y le expresa sus agradecimientos por haber tenido la gentileza de enviarle su nueva obra. La
Sociedad encarga a la Srta. P... para hacer su respectiva reseña.
Comunicaciones diversas – 1ª) El Sr. S... transmite una nota sobre un hombre que se suicidó el año pasado en la calle Quincampoix para que su hijo quedara exento del servicio militar, volviéndolo así hijo único de una viuda. Se piensa que esta evocación podrá ser instructiva.
2ª) El Sr. de Grand-Boulogne envía una noticia sobre el musulmán Séih-ben-Moloka, que acaba de morir en Túnez con la edad de 110 años y cuya vida ha sido notable por las acciones de caridad que realizó. Será evocado.
Se entabla una conversación sobre la cuestión de la longevidad. El Sr. de Grand-Boulogne, que vivió mucho tiempo entre los árabes, dice que los ejemplos de esta naturaleza no son muy raros entre ellos, lo que indudablemente es preciso atribuirlo a la sobriedad. Él conoció a uno que tenía alrededor de 130 años. El Sr. conde Z... dice que Siberia es quizá la región donde la longevidad es más frecuente. La sobriedad y el clima tienen sin duda una gran influencia en la duración de la vida; pero lo que sobre todo debe contribuir para eso es la tranquilidad de espíritu y la ausencia de preocupaciones morales que generalmente afectan a las personas del mundo civilizado, envejeciéndolas prematuramente; es por eso que hay más cantidad de ancianos entre los que viven más cerca de la Naturaleza.
3ª) El Sr. Allan Kardec relata un caso personal, que muestra el deseo que tienen ciertos Espíritus de ser evocados cuando nunca lo han sido. Ellos aprovechan las ocasiones propicias para comunicarse, cuando las mismas se presentan.
4ª) Varios miembros comunican la protesta –publicada en varios diarios– del Sr. Lerible, antiguo vendedor de carbón de la calle Grès, en cuya casa ocurrieron hechos notables de manifestaciones en 1849, y cuya autenticidad había sido puesta en duda.
Estudios – 1º) Examen crítico de la disertación de Lamennais sobre
La electricidad espiritual, realizado en la sesión del 6 de julio. El Espíritu explica y desarrolla los puntos que parecían confusos.
2º) Evocación del suicida de la calle Quincampoix.
3º) Evocación de Gustave Lenormand.
4º) Preguntas diversas sobre los médiums.
5º) Tres dictados son obtenidos simultáneamente: el primero, sobre
El saber de los Espíritus, firmado por Channing; el segundo, dando continuación a la disertación:
La electricidad del pensamiento, firmado por Delphine de Girardin; y el tercero, sobre
La caridad, firmado por Lamennais, a propósito de la noticia que se ha leído sobre el musulmán Séih-ben-Moloka.
Viernes 20 de julio de 1860 (Sesión particular) Lectura del acta y de los trabajos de la sesión del 13 de julio.
El Presidente hace la observación de que –desde algún tiempo atrás– se ha dejado de leer, tal como se había estipulado, los nombres de los Espíritus que piden asistencia. De ahora en adelante esto será realizado luego de la invocación general.
Comunicaciones diversas – 1ª) Lectura de dos dictados obtenidos por el Sr. C..., nuevo médium, uno sobre
Las presunciones del hombre, firmado por Massillon; otro sobre
El futuro, firmado por san Luis. El Sr. C... pregunta si, sobre todo en este último dictado, no existe algo que denote una sustitución del Espíritu, sin tener en cuenta su propia opinión al respecto.
Después de una lectura atenta, la
Sociedad reconoce en esta comunicación el sello de una indiscutible superioridad y no ve nada que desmienta el carácter de san Luis, de donde deduce que sólo puede emanar de un Espíritu elevado.
2ª) Lectura de otro dictado, intitulado:
La experiencia, obtenido por la Sra. de Costel y firmado por Georges.
El Presidente anuncia que varios miembros nuevos hacen progresos notables como médiums de diversos géneros; él los invita a comunicar a la
Sociedad los hechos que obtengan. La
Sociedad es necesariamente limitada en sus trabajos por el tiempo; Ella debe ser el centro hacia donde tengan convergencia los resultados obtenidos en las reuniones particulares. Sería egoísmo guardar para sí mismo los trabajos que pueden ser útiles a todos; además, es un medio de control por los esclarecimientos a que pueden dar lugar, a menos que el médium esté convencido de la infalibilidad de sus comunicaciones o que haya recibido –como el de Limoges– la orden terminante de mantenerlas en secreto, lo que seguramente sería una mala señal y un doble motivo de sospecha. La primera cualidad que un médium debe tener es la de despojarse de todo amor propio, así como de toda falsa modestia, por la simple razón de que, no siendo más que un instrumento, no puede atribuirse el mérito de lo que recibe de bueno, ni ofenderse con la crítica de lo que puede ser malo. La
Sociedad es una familia, cuyos miembros –animados por una benevolencia recíproca– deben ser movidos únicamente por el deseo de instruirse y de extirpar todo sentimiento de personalismo y de rivalidad, si comprenden la Doctrina como verdaderos espíritas. Al respecto, el Sr. C... ha dado un muy buen ejemplo y ha mostrado que no es de esos médiums que creen que no tienen nada más para aprender, solamente porque reciben algunas comunicaciones firmadas por grandes nombres. Al contrario, cuanto más imponentes sean los nombres, más uno debe temer ser el juguete de Espíritus embusteros.
3ª) El Sr. Achille R... da lectura a una carta que relata un hecho curioso de manifestación espontánea que tuvo lugar en la prisión de Limoges, cuya realidad ha sido constatada por el autor de la carta. (Publicada más adelante en la sección
Variedades.)
4ª) El Sr. Allan Kardec narra otro hecho muy singular que le ha sido relatado el año pasado por un visitante, cuyo nombre y dirección no recuerda, y a cuya fuente, por consecuencia, no puede recurrir para verificarlo. He aquí de qué se trata.
Un médico creyente y un amigo suyo que no creía en nada conversaban sobre Espiritismo; el primero le dijo al otro: «Voy a hacer una prueba; no sé si tendré éxito; en todo caso, no respondo por nada. Designadme a una persona viva que os sea muy simpática». Al indicar el amigo una joven que reside en una ciudad bastante distante y que también era conocida del médico, éste le dijo: «Id a pasear en el jardín y observad lo que suceda; os repito que estoy haciendo una experiencia y que puede ser improductiva». Durante el paseo de su amigo, él evocó a la joven; al cabo de un cuarto de hora su amigo volvió y le dijo: «Acabo de ver a esa persona; ella estaba vestida de blanco, se me acercó, me dio un apretón de manos y luego desapareció; pero lo que es muy singular es que ella me dejó en el dedo este anillo». Inmediatamente el médico envió al padre de la joven un despacho telegráfico que decía lo siguiente: «No preguntéis nada; respondedme inmediatamente y decidme qué hacía vuestra hija a las tres horas y cómo estaba vestida». La respuesta fue ésta: «A las tres horas mi hija estaba sentada conmigo en el salón; usaba un vestido blanco; ella adormeció durante 15 a 20 minutos; pero al despertar, ella percibió que no tenía más el anillo que tenía habitualmente».
Se entabló un debate sobre este hecho, cuyos diferentes grados de probabilidad e improbabilidad fueron examinados. Al ser interrogado sobre el tema, san Luis respondió: «El hecho de la aparición es posible; el fenómeno de aporte no es menos posible, a través del periespíritu de un encarnado. Ciertamente, a Dios todo es posible, pero Él sólo permite tales cosas muy raramente: un Espíritu desencarnado puede producir esos aportes más fácilmente. En cuanto a deciros si el hecho es verdadero, lo ignoro».
Nota – Agradeceríamos mucho a la persona que nos ha contado el relato que acabamos de publicar, si por ventura ella lo lee, el tener a bien darnos algunos esclarecimientos al respecto.
Estudios – 1º) Preguntas sobre los Espíritus que toman nombres supuestos.
2º) Evocación del Espíritu de la calle Noyers.
3º) Cinco dictados espontáneos son obtenidos: el primero de Lamennais, que solicita una rectificación al informe de su comunicación sobre
La caridad; el segundo acerca de
Las víctimas de Siria, firmado por Jean; el tercero sobre
Las aberraciones de la inteligencia, firmado por Georges; el cuarto acerca de
Los errores de los médiums, firmado por Paul, y el quinto sobre
El concurso de los médiums, firmado por Gustave Lenormand.
Durante la sesión se escucharon golpes muy claros cerca de la Srta. Stéphan... Era el Espíritu Gustave que –como dijo– quería forzarla a escribir, cuestión en la que ella no estaba pensando; él consideró que ése era un medio de provocar preguntas que la obligarían a venir a la mesa, pues él mismo tenía el deseo de dar una comunicación por su intermedio.
Después de la sesión, en una comunicación privada, al haberse preguntado a san Luis si quedó satisfecho con la misma, respondió: «Sí y no; os habéis equivocado al tolerar los continuos cuchicheos de ciertos miembros, cuando los Espíritus son interrogados. Algunas veces recibís comunicaciones que exigen réplicas serias de vuestra parte y respuestas aún más serias por parte de los Espíritus evocados, que con aquello –creedlo– estarán en desagrado; a raíz de esto no obtendréis nada completo, porque el médium que escribe experimenta graves distracciones, perjudiciales a su ministerio. Hay una cosa que hacer: leer en la próxima sesión estas observaciones, que serán comprendidas por todos los socios. Decidles que aquí no es, de ninguna manera, una sala de conversación.»
SAN LUIS