Consejos
(Sociedad, 25 de noviembre de 1859; médium: Sr. Roze)
En otros tiempos os hubieran crucificado, quemado, torturado; el patíbulo fue derribado; la hoguera fue extinguida; los instrumentos de tortura fueron quebrados; la terrible arma del ridículo, tan poderosa contra la mentira, se debilitará ante la verdad; sus más temibles enemigos fueron encerrados en un círculo infranqueable. En efecto, negar la realidad de nuestras manifestaciones sería negar la revelación, que es la base de todas las religiones. Atribuir las manifestaciones al demonio, pretender que el Espíritu del mal venga a confirmaros y a desarrollaros el Evangelio, exhortándoos al bien, a la práctica de todas las virtudes, es sencillamente –y felizmente– probar que aquél no existe. Todo reino dividido contra sí mismo perecerá. Restan los Espíritus malos. Nunca un árbol bueno producirá frutos malos; jamás un árbol malo producirá frutos buenos. Por lo tanto, nada mejor que responderles lo que el Cristo respondía a sus perseguidores, cuando éstos formulaban contra Él las mismas acusaciones; y como Él, rogar a Dios que los perdone, porque ellos no saben lo que hacen.
El Espíritu de Verdad
(Otro Consejo, dictado a través del Sr. Roze y leído en la Sociedad)
Francia lleva el estandarte del progreso y debe guiar a las otras naciones: los acontecimientos pasados y contemporáneos así lo prueban. Habéis sido elegidos para seros el espejo que debe recibir y reflejar la Luz Divina, que debe iluminar la Tierra, hasta entonces sumergida en las tinieblas de la ignorancia y de la mentira. Pero si vosotros no estuviereis animados por el amor al prójimo y por un desinterés sin límites; si el deseo de conocer y de propagar la verdad, cuyos caminos debéis abrir a la posteridad, no fuere el único móvil que guíe vuestros trabajos; si el más leve pensamiento de orgullo, de egoísmo y de interés material encuentra un lugar en vuestros corazones, nosotros no nos serviremos de vosotros sino como el artesano que emplea temporalmente una herramienta defectuosa; vendremos hasta que hayamos encontrado o creado un centro más rico que vosotros en virtudes, más simpático a la falange de Espíritus que Dios ha enviado para revelar la verdad a los hombres de BUENA voluntad. Pensad seriamente en esto; examinad vuestros corazones, sondead sus recovecos más ocultos y expulsad con energía las malas pasiones que os alejan de nosotros, o si no retiraos antes que comprometáis los trabajos de vuestros hermanos con vuestra presencia, o con la de los Espíritus que traeríais con vosotros.
El Espíritu de Verdad