El saber de los Espíritus (Médium: Srta. Huet) En el estudio del Espiritismo hay un error muy grave que se propaga cada día más y que casi se vuelve el móvil que hace que los otros vengan a nosotros: es el de creer que somos infalibles en nuestras respuestas; piensan que nosotros debemos saber todo, ver todo y prever todo. ¡Es un error, un gran error! Ciertamente, al no estar nuestra alma encerrada en un cuerpo material –como un pájaro en una jaula–, se lanza al espacio; los sentidos de esa alma se vuelven más aguzados, más desarrollados; observamos y escuchamos mejor, pero no podemos saber todo ni estar en todas partes, porque no tenemos el don de la ubicuidad; ¿qué diferencia, pues, habría entre nosotros y Dios, si nos fuese permitido conocer el futuro y anunciarlo con precisión? Esto es imposible. Ciertamemente sabemos más que los hombres; algunas veces podemos leer el pensamiento y el corazón de aquellos que nos hablan, pero ahí se detiene nuestra ciencia espírita. Por lo tanto, corregid la idea de interrogarnos únicamente para saber lo que sucede en tal o cual parte del globo, con relación a un descubrimiento material, comercial o para sed advertidos de lo que ocurrirá mañana, en los asuntos políticos e industriales. Os informaremos siempre sobre nuestro estado, acerca de nuestra existencia extracorpórea y sobre la bondad y la grandeza de Dios; en fin, acerca de todo lo que pueda servir para vuestra instrucción y para vuestra felicidad presente y futura, pero no nos preguntéis lo que no podemos o no debemos deciros.
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