La fantasía
(Médium: Sra. Lesc...)
Quieres que te hable de la fantasía; ella ha sido mi reina, mi señora, mi esclava; yo la he servido y la he dominado; pero aunque siempre estuve sujetado a sus adorables fluctuaciones, nunca le he sido infiel. También es ella la que me lleva a hablar de otra cosa: de la facilidad que tiene el corazón en inclinarse a dos amores, facilidad menospreciada y fuertemente reprobada. Considero absurda esta reprobación de los buenos burgueses, que sólo gustan de sus pequeños vicios metódicos, más fastidiosos todavía que sus virtudes; ellos sólo admiten lo que consiguen comprender sus sesos limitados, que están podados como la cerca de arbustos del jardín del cura. Tienes miedo de lo que te digo; quédate tranquila; Musset tiene su garra: no se le puede pedir las gentilezas de los perritos amaestrados. Es preciso soportar y entender su humor, que es verdadero en su apariencia frívola, triste en su alegría y risueño en sus lágrimas.
ALFRED DE MUSSET
Nota – Una persona, que sólo había oído esta comunicación por ocasión de su primera lectura, decía en una sesión íntima que este mensaje le parecía un poco insignificante. El Espíritu Sócrates, que participaba de la conversación, respondiendo a esta observación, escribió espontáneamente: «No, tú te equivocas; vuelve a leerla; hay cosas buenas; la comunicación es muy inteligente y esto tiene su lado bueno. Se dice que en eso se reconoce al hombre; en efecto, es más fácil probar la identidad de un Espíritu de vuestro tiempo que del mío, y para ciertas personas es útil que, de vez en cuando, tengáis comunicaciones de este género».
Otro día, en una conversación acerca de los médiums y sobre el carácter de Alfred de Musset, uno de los asistentes lo acusaba de haber sido muy material en vida, cuando el poeta escribió espontáneamente la notable comunicación siguiente, a través de uno de sus médiums preferidos.