Revista Espírita - Periódico de Estudios Psicológicos - 1860

Allan Kardec

Volver al menú
Sobre los trabajos de la Sociedad

Os hablaré de la necesidad de observar la mayor regularidad en vuestras sesiones, es decir, de evitar toda confusión y toda divergencia en las ideas. La divergencia favorece la sustitución de los Espíritus buenos por los malos, y casi siempre son estos últimos los que se apresuran en responder a las cuestiones propuestas. Por otra parte, en una reunión compuesta por elementos diversos y desconocidos los unos de los otros, ¿cómo evitar las ideas contradictorias, la distracción o, peor aún, una vaga y burlona indiferencia? Desearía encontrar un medio eficaz y seguro para evitar esto. Puede ser que esté en la concentración de los fluidos esparcidos alrededor de los médiums. Sólo ellos, pero sobre todo los que son estimados, retienen a los Espíritus buenos en la reunión; pero basta apenas su influencia para dispersar a la turba de Espíritus ligeros. El trabajo de análisis de las comunicaciones es excelente. Nunca estará de más la profundización de las preguntas y, sobre todo, de las respuestas. Cometer un error es fácil, incluso para los Espíritus animados de las mejores intenciones; la lentitud de la escritura –durante la cual el Espíritu se desvía del tema, que se agota tan pronto como lo ha concebido–, así como la inconstancia y la indiferencia hacia ciertas formas convenidas, entre otras muchas razones, hacen que os veáis en el deber de sólo confiar de manera limitada, subordinándolo siempre al análisis, incluso cuando se trate de las más auténticas comunicaciones.

Dicho esto, que Dios tome bajo su santa protección a todos los verdaderos espíritas.

GEORGES (Espíritu familiar)